miércoles, 25 de junio de 2014

26 de Junio: Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura



«[S]e entederá por el término "tortura" todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia. No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean consecuencia únicamente de sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a éstas»
Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (1984, art. 1, párr. 1º)

En 1948 la Comunidad Internacional condenó la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes en la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas. En 1975, en respuesta a las campañas organizadas por diversas organizaciones no gubernamentales (ONG's), la Asamblea General aprobó la Declaración sobre la Protección de Todas las Personas contra la Tortura y Otros tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.

Durante los años 80 y 90, se hicieron algunos avances tanto en el desarrollo de las normas e instrumentos jurídicos como en al imposición de la prohibición de la tortura. La Asamblea General creó en 1981 el Fondo de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas para las Víctimas de la Tortura para financiar a las organizaciones que brindaban asistencia a las víctimas de la tortura y a sus familias. La Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes fue aprobada por la Asamblea General en 1984, y entró en vigor en 1987. Existe un órgano de expertos independientes, denominado Comité contra la Tortura, que se ocupa de vigilar la aplicación de la Convención por los Estados partes. La Comisión de Derechos Humanos nombró en 1985 al primer Relator Especial sobre la cuestión de la tortura, un experto independiente al que se le encomendó la misión de informar sobre la situación de la tortura en el mundo. Durante el mismo período, la Asamblea General aprobó diversas resoluciones en las que destacaba la importancia que podía tener el personal de atención de la salud en la protección de los presos y detenidos contra la tortura y estableció diversos principios generales para el trato de los reclusos y detenidos.

El 12 de diciembre de 1997, la Asamblea General de las Naciones Unidas determinó de manera oficial que el 26 de junio se conmemore el Día Internacional de las Naciones Unidas en Apoyo a las Víctimas de las Torturas, con el fin de generar esperanza y solidaridad con las víctimas y sus familiares, contribuyendo también con el tratamiento y la rehabilitación de las mismas.

Es importante resaltar que con la tortura se trata de destruir la personalidad de la víctima despreciando la dignidad intrínseca de todo ser humano. Las Naciones Unidas han condenado desde sus comienzos la práctica de la tortura por ser uno de los actos más aborrecibles que los seres humanos cometen contra sus semejantes. 


La tortura es una de las formas más graves de violación de los derechos humanos, e impone un costo terrible a millones de personas y sus familias. La violación, los golpes en las plantas de los pies, la asfixia por inmersión, las quemaduras, la aplicación de corriente eléctrica, la privación del sueño, las sacudidas y las palizas son métodos habituales de los torturadores para quebrantar la personalidad del individuo.

Aunque los daños físicos son tremendos, las secuelas psicológicas y emocionales suelen ser aún más destructivas y más difíciles de curar. Muchos supervivientes de la tortura sufren de pesadillas y de recuerdos angustiosos recurrentes. Rehuyen a la familia, la escuela y el trabajo y experimentan pérdida de confianza.

La tortura se considera un crimen en el Derecho Internacional. En todos los instrumentos internacionales la tortura está absolutamente prohibida y no puede justificarse en ninguna circunstancia. Esta prohibición forma parte del Derecho Internacional consuetudinario, lo que significa que es vinculante para todos los miembros de la comunidad internacional, aun si un Estado no ha ratificado los tratados internacionales en los que se prohíbe explícitamente la tortura. La práctica sistemática y generalizada de la tortura constituye un crimen contra la humanidad.

Según Amnistía Internacional (AI), desde 1984, 155 Estados han ratificado la Convención contra la Tortura, de los cuales esta ONG investiga a 142, con los siguientes resultados: al menos 79 de ellos siguen practicando la tortura en 2014. Otros 40 Estados miembros de la ONU no han adoptado dicha Convención, aunque -como hemos dicho anteriormente- la prohibición legal mundial de la tortura les obliga a hacerlo -por ser una norma de derecho internacional consuetudinario-.

En los últimos cinco años, AI ha denunciado torturas y otras formas de malos tratos en, al menos, 141 países de todas las regiones del mundo; aunque el carácter secreto de esta práctica hace que el número real de países donde es probable que se cometan torturas sea aún mayor. En algunos de estos países la tortura es habitual y sistemática. En otros, sólo se han documentado casos aislados y excepcionales. Aunque, como afirma AI, incluso un solo caso de tortura o malos tratos es totalmente inaceptable.

Por eso, la comunidad internacional conmemora anualmente el 26 de Junio el "Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la tortura", con el fin de dirigir la atención mundial
hacia la necesidad de poner fin a la tortura y ayudar a las víctimas. Y con este fin, también, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon ha lanzado este mensaje a la comunidad internacional, especialmente a los gobiernos, y consciente de que a día de hoy existen muchos países, especialmente donde hay conflictos armados o tensiones internas, y yo lo haría extensible a los países con regímenes dictatoriales, en los que la práctica de la tortura, en sus más variadas formas de infligir daño a los seres humanos, es generalizada y sistemática. El mensaje dice así:
"Todos los días se infligen intencionadamente torturas y malos tratos de carácter mental y físico a mujeres, hombres y niños de todas las regiones del mundo a instancias de funcionarios públicos, que son precisamente las personas cuyo cometido es hacer respetar el estado de derecho, proteger los derechos humanos y velar por la seguridad de las personas.
La prohibición de la tortura es absoluta. La Convención contra la Tortura establece inequívocamente que el uso de la tortura es ilegal en cualquier circunstancia, incluyendo el conflicto armado, la lucha contra el terrorismo, la inestabilidad política u otras situaciones de emergencia. Los 155 Estados que han ratificado este tratado se han comprometido a luchar contra la impunidad investigando exhaustivamente y juzgando las violaciones y haciendo comparecer ante la justicia a los responsables, independientemente de su rango. También han aceptado la obligación de resarcir a las víctimas y sus familias.
Lamentablemente, el derecho de las víctimas de la tortura a un recurso efectivo, incluida la rehabilitación, todavía no se ha convertido en una realidad, particularmente en el contexto de los conflictos armados y las crisis humanitarias a gran escala.
El Fondo de Contribuciones Voluntarias para las Víctimas de la Tortura es un instrumento práctico de las Naciones Unidas para prestar asistencia rápida a las víctimas de la tortura y sus familias. En la actualidad, a lo largo de las fronteras con la República Árabe Siria el Fondo financia proyectos que prestan servicios esenciales a las víctimas de la tortura que huyen de la violencia y la persecución. Se está prestando una asistencia psicosocial esencial para ayudar a las víctimas, de todos los grupos de edad, a recuperarse y recobrar su dignidad. Doy las gracias a los Estados y los donantes privados que sufragan las iniciativas del Fondo y hago un llamamiento para que un mayor número de ellos se sumen a esta labor.
Insto a los Estados que aún no lo hayan hecho a ratificar la Convención contra la Tortura, coincidiendo con los 30 años transcurridos desde su aprobación. Al honrar a las víctimas en este Día Internacional, comprometámonos a redoblar nuestros esfuerzos por erradicar esta práctica atroz."
Mensaje del Secretario General de la ONU,
Ban Ki-moon
26 de junio de 2014


FUENTES: ONU, DEPERU.COM, CUANDOPASA.COM, y AMNISTÍA INTERNACIONAL (La tortura en 2014: 30 años de promesas incumplidas)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comente libremente, pero con respeto y educación. Todos los comentarios son revisados antes de su publicación, por lo que no aparecen inmediatamente. Su dirección de correo no será publicada.